Los animales tuvieron que ser tratados por psicólogos ya que se
resistían a comer. Todo parece indicar que el ‘bajón anímico’ se debió al
fallecimiento de dos hembras hace un año y medio. Hubo cuatro machos que
murieron “de tristeza”
Un hecho insólito tuvo lugar en la ciudad de Río Cuarto, Córdoba, ya que en
un parque ecológico de esa localidad hay monos que sufren de
depresión.
Este hecho comenzó cuando dos hembras de monos carayá que
vivían en el Parque Ecológico Urbano murieron por causas naturales
debido a su edad. A partir de ese momento, a los machos, les cambió su
estado anímico “Desde esa fecha, sus compañeros se deprimieron y cuatro
de ellos se dejaron morir de tristeza”, explicó la coordinadora del
Parque Ecológico, Miriam Rodríguez.
El diagnóstico de la tristeza que se convirtió en depresión
llegó hace pocos meses, cuando los responsables de esta reserva consultaron con
especialistas del Zoológico de Córdoba y les informaron que “los
animales podrían estar atravesando un agudo cuadro depresivo”.
Rodríguez señaló que “tras la muerte de las hembras, notamos que los monos
estaban raros, pero pensamos que podía ser algo que estaban comiendo, no
imaginamos que estaban deprimidos”.
Por su parte, el veterinario Ezequiel Carrizo indicó que “estos monos
habitan en grupos familiares, y al fallecer las hembras más antiguas o
llamadas “alfa”; los machos comenzaron con cambios bruscos de
comportamiento.Vimos que padecían inactividad, decaimiento, falta de
alimentación y modificaron totalmente su conducta”. Por ellos se
iniciaron una serie de investigaciones clínicas que incluyeron “estudios de
sangre y análisis psicológicos”.
Luego del posible diagnóstico que indicaron los especialistas del Zoo de
Córdoba, los miembros responsables del Parque Ecológico se pusieron en
contacto con el psiquiatra Sergio Castillo, que también es un estudioso
de la biología.
Fue Castillo quien diagnosticó depresión a los monos carayá
y se realizó un tratamiento que incluyó “la selección de una molécula llamada
centralina, que es un mineral de la recaptación de la serotonina y que
se usa en humanos para revertir distintos procesos, que puedan estar
originados en trastornos obsesivos compulsivos o depresión”, contó Carrizo.
Desde hace dos meses, los monos reciben diariamente una dosis pediátrica de
sertralina. Además se trabajó en el enriquecimiento ambiental, para que
los animales se sientan más a gusto y puedan tener y disfrutar más
actividades.
“Hoy podemos decir que los monos han recuperado su sonrisa”,
confió la coordinadora Miriam Rodríguez.
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