La hepatitis C es la más prevalente de todas las formas en que se presenta la
enfermedad y según los datos difundidos por la OMS con motivo de ser el sábado
próximo el Día Mundial de las Hepatitis Virales, afecta a alrededor de 170
millones de personas.
La hepatitis es una enfermedad inflamatoria que afecta en forma severa al
hígado y cuando es provocada por virus la forma más importante como se
manifiesta es la tipo A, B y C. Para esta última existe un tratamiento que
permite curarla, cuando se detecta rápidamente.
La OMS indicó que uno de los inconveniente con el virus de la hepatitis C
para detectarlo en su etapa inicial, debido a que en cerca del 80 por ciento de
las personas no se manifiestan síntomas y recordó que con un análisis de sangre
puede diagnosticarse.
Por eso, cuando aparece generalmente ese tipo de enfermedad lo hace como una
infección crónica, que puede ser indicio de una patología hepática avanzada, que
podría haberse evitado si se hubiese realizado el análisis de sangre
correspondiente.
Hugo Fainboim, jefe del Servicio de Hepatología del Hospital de Enfermedades
Infecciosas Francisco Muñiz, sostuvo en una reunión médica sobre hepatitis
realizada en la jornada, que "cambió radicalmente el paradigma del tratamiento
de la hepatitis C".
Fainboim indicó que ese cambio obedece "sobre todo a partir del advenimiento
de alternativas terapéuticas que atacan directamente al virus alojado en las
células del hígado, aumentando así las tasas de curación", pero dijo que "hay
que llegar al diagnóstico".
El virus de la hepatitis C es responsable de la mayoría de los casos de
cáncer hepático en el mundo occidental y es la primera causa de trasplante de
hígado en el mundo.
Adrián Gadano, jefe del Servicio de Hepatología del Hospital Italiano de
Buenos Aires y ex presidente de la Sociedad Argentina de Trasplante, coincidió
en que "con la existencia de drogas que cambian el esquema de tratamiento para
el manejo de la hepatitis C, se logra curar hasta el 80 por ciento de los
casos".
Gadano añadió que ese tipo de hepatitis "es la enfermedad crónica transmitida
por sangre más común y está cinco veces más diseminada que la infección por VIH,
pero sus síntomas son inespecíficos o inexistentes en la mayoría de los
pacientes".
La curación de la infección por hepatitis C es factible, ya que el virus no
se aloja en el núcleo de la célula, como sucede, por ejemplo, con el VIH y el
virus de hepatitis B, sino que lo hace en el citoplasma de la célula
hepática.
Pero Gadano, indicó que "al ser una enfermedad tratable y curable en muchos
de los casos, se vuelve indispensable poner particular énfasis en la solicitud
de un examen de detección de hepatitis C, para lo cual tenemos que trabajar más
en conjunto con los médicos clínicos y aumentar la concientización acerca de esa
necesidad".
"Una vez diagnosticada la infección, el paciente debe ser derivado al médico
especialista para que evalúe el abordaje integral y la necesidad de
tratamiento", explicó.
Existen poblaciones que están en riesgo de portar el virus de la hepatitis C
como usuarios de drogas intravenosas, personas con condiciones asociadas a alta
prevalencia de co-infección del VIH, pacientes con hemofilia que recibieron
transfusiones antes de 1992 y quienes estuvieron alguna vez en hemodiálisis.
Una de las terapias presentada hoy para el tratamiento de la hepatitis C es
el empleo de la una droga denominada telaprevir, que aumentó las tasas de
curación en comparación con las terapias estándar y redujo a la mitad la
duración del tratamiento en la mayoría de los pacientes.
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