Los primeros tres puestos de la carrera de 200 metros en las olimpíadas de
Londres 2012 quedaron en manos de jamaiquinos. Usain Bolt, Yohan Blake y
Weir Warren, en ese orden, ganaron ayer respectivamente las medallas de
oro, plata y bronce.
Bolt, de hecho, es considerado –y lo demostró- el hombre más veloz del mundo: gana cada vez que corre y rompe sus propios récords. Por eso, la velocidad jamaiquina es motivo de debate científico. Y hasta religioso.
Un artículo publicado por el diario Ambito Financiero plantea el siguiente interrogante: ¿Cuál es el secreto de la superioridad de estos velocistas caribeños?
Rachel Irving, investigadora de la Universidad de Antillas, en Jamaica, se inclina por buscar una respuesta en la alimentación de los isleños. Irving fue por una respuesta a esa pregunta, ordenando un desayuno en Juicie Patties, una cadena jamaiquina de comida rápida, que incluyó pescado, papas, bananas, ackee (la fruta nacional de Jamaica) y una taza de té de menta, según se relata en el sitio WSKG.
“Esto es lo que los jamaiquinos generalmente comen antes de empezar a correr», sostuvo. Su pirámide nutricional está principalmente compuesta por papas y bananas y son parte de la explicación que los científicos determinaron sobre la velocidad con la que corren. Pero si se traspola la alimentación, no se consiguen los mismos resultados en otros atletas”.
Por su parte, el doctor Errol Morrison, endocrinólogo y presidente de la Universidad Tecnológica de Jamaica, sostuvo que los niños jamaiquinos crecen en base a una dieta tan buena que tranquilamente podrían tomar una dosis diaria de esteroides. Y fue aún más allá al afirmar que a los jamaiquinos se les otorgó un regalo genético. “Éstos son atletas que vienen de los ancestros negros”, afirmó. “Tienen largas piernas y un poco de grasa subcutánea, lo que les da una importante reducción en el peso con el que uno carga. Ése sería el secreto para elevar tanto las rodillas, fundamental a la hora de alcanzar velocidad en la carrera”, sostuvo Morrison.
Esto hizo pensar a los investigadores en la posibilidad de que exista un “gen de la velocidad”. Fue así como Yannis Pitsiladis, de la Universidad de Glasgow, se concentró en el estudio de esa pregunta y estudió muestras de ADN de cientos de corredores jamaiquinos, afroamericanos, etíopes y keniatas. "Estábamos tan convencidos de que existe un gen de la velocidad, que pensamos que sería fácil ir a la isla, juntar muestras de ADN, analizarlas, tomar muestras de esos genes y encontrar la explicación fundamental", opinó. Pero no se encontró tal gen, aunque las muestras determinaron que cuentan con fibras musculares de rápida flexión lo que permite la gran velocidad. Sin embargo, tampoco son tan diferentes a las del común de la gente.
Bolt, de hecho, es considerado –y lo demostró- el hombre más veloz del mundo: gana cada vez que corre y rompe sus propios récords. Por eso, la velocidad jamaiquina es motivo de debate científico. Y hasta religioso.
Un artículo publicado por el diario Ambito Financiero plantea el siguiente interrogante: ¿Cuál es el secreto de la superioridad de estos velocistas caribeños?
Rachel Irving, investigadora de la Universidad de Antillas, en Jamaica, se inclina por buscar una respuesta en la alimentación de los isleños. Irving fue por una respuesta a esa pregunta, ordenando un desayuno en Juicie Patties, una cadena jamaiquina de comida rápida, que incluyó pescado, papas, bananas, ackee (la fruta nacional de Jamaica) y una taza de té de menta, según se relata en el sitio WSKG.
“Esto es lo que los jamaiquinos generalmente comen antes de empezar a correr», sostuvo. Su pirámide nutricional está principalmente compuesta por papas y bananas y son parte de la explicación que los científicos determinaron sobre la velocidad con la que corren. Pero si se traspola la alimentación, no se consiguen los mismos resultados en otros atletas”.
Por su parte, el doctor Errol Morrison, endocrinólogo y presidente de la Universidad Tecnológica de Jamaica, sostuvo que los niños jamaiquinos crecen en base a una dieta tan buena que tranquilamente podrían tomar una dosis diaria de esteroides. Y fue aún más allá al afirmar que a los jamaiquinos se les otorgó un regalo genético. “Éstos son atletas que vienen de los ancestros negros”, afirmó. “Tienen largas piernas y un poco de grasa subcutánea, lo que les da una importante reducción en el peso con el que uno carga. Ése sería el secreto para elevar tanto las rodillas, fundamental a la hora de alcanzar velocidad en la carrera”, sostuvo Morrison.
Esto hizo pensar a los investigadores en la posibilidad de que exista un “gen de la velocidad”. Fue así como Yannis Pitsiladis, de la Universidad de Glasgow, se concentró en el estudio de esa pregunta y estudió muestras de ADN de cientos de corredores jamaiquinos, afroamericanos, etíopes y keniatas. "Estábamos tan convencidos de que existe un gen de la velocidad, que pensamos que sería fácil ir a la isla, juntar muestras de ADN, analizarlas, tomar muestras de esos genes y encontrar la explicación fundamental", opinó. Pero no se encontró tal gen, aunque las muestras determinaron que cuentan con fibras musculares de rápida flexión lo que permite la gran velocidad. Sin embargo, tampoco son tan diferentes a las del común de la gente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario