viernes, 10 de agosto de 2012

Elaboran un mapa argentino de rayos, relevante para la seguridad humana


Un mapa argentino de rayos es elaborado a partir de un monitoreo de atmósfera que permitirá conocer dónde abundan las descargas eléctricas, para aumentar la seguridad humana y trazar parámetros de cambio climático, informó la geofísica Gabriela Nicora.
"Es importante conocer los lugares donde abundan las descargas atmosféricas para proteger infraestructuras y por la seguridad de las personas, pero también como parámetro que interesa al cambio climático", dijo a Télam Nicora, quien integra el Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas para la Defensa (Citedef).
El Instituto multidisciplinario, aledaño a Tecnópolis, en Villa Martelli, ocupa un predio de 20 hectáreas en las que trabajan unos 650 científicos, militares y administrativos, en investigación básica de cohetería, láser, simulación computacional, sistemas de armas de artillería, radares, nanotecnología y seguridad informática, entre otras áreas.
"Argentina tiene mucha actividad eléctrica, que la ubica entre los cuatro focos principales del mundo luego del centro de África, una zona de Venezuela y el sur de la Florida", contó la geofísica.



El país -cuya mayor actividad eléctrica se verifica en el Noroeste, Noreste y la zona montañosa de Córdoba-San Luis- integra la red mundial para la localización de rayos, WWLLN por su sigla en inglés, con sede en la Universidad de Washington.
El mapa de rayos es elaborado en la División LIDAR de Citedef, liderada por Eduardo Quel y con 20 años de experiencia en el censado remoto de la atmósfera, que tiene instrumentos en estaciones en Córdoba, Río Gallegos, Trelew y Buenos Aires.
La División mide hace siete años perfiles de ozono, y desde el año pasado monitorea las cenizas del volcán chileno Puyehue-Cordón Caulle que fueron transportadas por el viento hasta la Ciudad de Buenos Aires.
Fue la entrada en actividad de este volcán lo que permitió que el evento natural pudiera ser estudiado como en un laboratorio, en sus interacciones con las descargas eléctricas.
"Los chilenos estaban monitoreando sismológicamente el volcán y sabían que iba a entrar en actividad, pero nuestras alertas de rayos llegaron casi al mismo momento", contó Nicora.
Esta evidencia mostró que "la actividad eléctrica asociada a los volcanes permite formular un alerta temprana" de la actividad volcánica.
"En el sur de nuestro país no existe actividad eléctrica, pero además, era en junio, ni siquiera enero o febrero, cuando puede haber algún frente del sur de Chile", enfatizó Nicora.
El mapa de rayos en elaboración permitirá además estudiar el clima y establecer las modificaciones por el cambio climático.
"Una de las cosas más interesantes es el tipo de nubes y los sistemas convectivos esperables para ciertas latitudes y épocas", dijo la geofísica.
"La actividad eléctrica, en general, tiene que ver con la cantidad de hielo que tiene la tormenta y las velocidades verticales, entonces es muy importante para ver si se van modificando los lugares en que ocurren sistemas convectivos".
Con esta herramienta, los científicos buscan hacer una base de datos para "ver estos cambios en la línea de la Patagonia, si es que mantiene o no sus diez o veinte días de tormenta".
"El tema de seguridad eléctrica está todo en función del dato de cuántos días llueve, porque cuando se pone un pararrayos de seguridad, tiene que saberse el régimen de tormentas, y los datos con los que estaba trabajando la norma IRAM son de la década del `70", precisó Nicora.
La geofísica analiza también la estadística de muertes por descargas eléctricas naturales, para hacer un modelo de qué pasa.
"El tema es que la gente de la ciudad se asombra porque hubo un tornado, pero en realidad era lógico; lo que pasa es que en general esos fenómenos son en zonas humildes de Formosa, o la franja Córdoba centro de Buenos Aires" y no en plena ciudad.
Nicora se declaró contenta porque trabaja "con esa gente maravillosa que hizo esos mapas en la década del `50, que necesitaba esta herramienta porque uno no puede ni sobreestimar ni subestimar" estos eventos.
"Yo estoy contenta porque, aunque hay que juntar datos durante varios años, la herramienta es simple y barata, y uno puede monitorear fácilmente las tormentas", celebró

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