jueves, 9 de agosto de 2012
Franco pretende dejar de vender energía a Brasil y Argentina
El presidente de Paraguay dijo que no seguirá "cediendo" la producción de las represas hidroeléctricas de Itaipú y Yaciretá, de las que sus vecinos son socios. "Brilla todo en San Pablo y Buenos Aires y nosotros tenemos que andar a oscuras", aseguró.
Federico Franco abrió un nuevo foco de conflicto con Brasil y Argentina, que impulsaron la suspensión del país en el Mercosur y la Unasur debido a la destitución de Fernando Lugo. En esta oportunidad, el actual mandatario dijo que buscará dejar de venderles energía barata.
Asunción es socio de Brasil en Itaipú, una de las centrales hídricas más potentes del mundo, y de Argentina en Yacyretá, pero cede la mayor parte de la producción de ambas empresas a sus vecinos y recibe a cambio una compensación económica menor a los precios de mercado, según lo establecen acuerdos bilaterales.
Según Franco, Paraguay tiene el 85% de la facturación de energía en la región, pero consume sólo un 15% porque la mayor parte es utilizada por sus vecinos. "Nosotros no estamos dispuestos a seguir cediendo (...), porque lo que estamos haciendo es ceder la energía a Brasil y Argentina, ni siquiera estamos vendiendo", declaró durante un acto donde presentó un anteproyecto de ley de política energética.
"Debemos procurar traer nuestra energía de Itaipú y Yacyretá, crear industrias para que haya trabajo para nuestra gente (...) y para eso la única alternativa es crear condiciones de seguridad para poder industrializar el país", señaló el mandatario.
Lugo había conseguido triplicar el monto de la compensación pagada por Brasil por la electricidad –que igualmente es inferior a los precios de mercado- y acordó la construcción de una línea de transmisión de 500 kilovoltios entre Itaipú y Asunción para que el país utilice más de la energía que le corresponde.
Franco dijo que ese proyecto posibilitará la instalación de más industrias, que igualmente deberán ser alentadas con un precio más conveniente de la energía. Poco después de asumir, el liberal inició negociaciones con la multinacional Rio Tinto Alcan para la instalación de una fábrica de aluminio, que se estancaron por divergencias entre funcionarios sobre el precio de la energía.
"Estamos castigando al sector que más produce y, como consecuencia, brilla todo San Pablo, Buenos Aires, y nosotros tenemos que andar a oscuras en Paraguay. No tiene sentido eso, tenemos que cambiar", sentenció el presidente.
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