El segundo partido semifinal se jugará a partir de las 21.00 hora local
(17.00 de Buenos Aires) en el North Greenwich Arena. Previamente, desde las
13.00 de Argentina, los seleccionados de España y Rusia dirimirán el primer
boleto a la instancia decisiva.
El equipo de Julio Lamas consiguió en la noche del jueves un reconfortante
triunfo ante Brasil (82-77), resultado que le permitió disfrutar de un
acontecimiento histórico: por tercera vez seguida,la Generación Doradadel
básquetbol argentino intentará abrazarse a la gloria olímpica de obtener
medalla.
Como en Atenas 2004 (oro) o en Beijing 2008 (bronce), el conjunto albiceleste
se metió entre los cuatro mejores, apelando a los argumentos de siempre: óptimo
funcionamiento colectivo, solidaridad grupal y jugadores de elite dispuestos a
sacrificar sus egos personales en pos de un beneficio común.
Por eso, quizás, este equipo argentino goza del respaldo y apoyo
inquebrantable de cualquier aficionado medio al deporte. Y se disimulan las
carencias o deficiencias que puedan existir, a partir de un enorme corazón que
aparece en los momentos cruciales.
"Estamos más grandes, más viejos, si se quiere, pero somos un equipo incómodo
y difícil para cualquiera", repite el capitán y símbolo, Luis Scola, junto a
Emanuel Ginóbili, uno de los astros del equipo.
Por su lado, el escolta Carlos Delfino pronuncia la palabra "experiencia"
como la síntesis de lo que le permite ala Argentinamantenerse en los primeros
planos "de diez años a esta parte, con el lógico recambio de nombres".
El cruce de mañana es el que revista características de, prácticamente,
inabordable. Porque el Dream Team de los Estados Unidos asoma imbatible.
"Una chance de ganarles tenemos, pero no sé si es una en cien, una en mil o
en más", declaró Ginóbili, para dar cuenta del grado de dificultad de la
empresa.
"Hay que tratar de limitar su potencial que es enorme, que no corran. Porque
en dos minutos te sacan una diferencia de 20 puntos y el partido se acabó",
comentó el técnico Lamas.
Durante la etapa de clasificación, Argentina diseñó una estrategia para el
aplauso durante los primeros 20 minutos del choque ante los Estados Unidos.
Con paciencia, el equipo mostró eficacia en el tiro exterior y se fue al
descanso apenas un punto por debajo (59-60). Luego, la demoledora tarea de Kevin
Durant (8 triples sobre 10 intentos) disparó la diferencia final a 29 tantos
(126-97).
Además, Argentina goza con un hándicap. Es cierto, contra otros
protagonistas,la Generación Doradaes uno de los pocos equipos que batió a los
`monstruos` dela NBAen competencias internacionales. El único que lo hizo dos
veces.
En el Mundial Indianápolis 2002 (a punto de cumplirse 10 años), Argentina
sorprendió al mundo y quitó un invicto de 58 partidos, tras derrotar a los
Estados Unidos, en su casa, por87 a80.
Y dos años más tarde, en Atenas 2004, el equipo de Rubén Magnano le ganó en
una semifinal al Dream Team de Larry Brown, por89 a81, para meterse en la
definición de un torneo que luego lo coronaría campeón.
Este elenco norteamericano exhibe figuras de otro calibre, muy parecido,
quizás, al que integraban glorias como Michael Jordan, Larry Bird, Earvin
`Magic` Johnson, Scottie Pippen o Charles Barkley en Barcelona 1992.
Hoy están en el conjunto estadounidense los tres mejores jugadores NBA: el
citado Durant, Kobe Bryant y LeBron James. El orden es indistinto.
Y sus `escuderos` son jugadores de la talla de Carmelo Anthony, Russell
Westbrook, Chris Paul, Deron Williams o Kevin Love, entre otros. Demasiada
jerarquía individual que sustenta las pretensiones de máximo favorito a repetir
el oro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario