Más de 300 agentes de la Policía de Paraguay lanzaron gases lacrimógenos y
desalojaron a centenares de campesinos que ocupaban terrenos de una hacienda en
Saltos de Guairá, en el este del país.
La corresponsal de la emisora televisiva Telefuturo, Fatima Garay, confirmó
la actuación del Grupo Especial de Operaciones, vencido el ultimátum dado a los
campesinos para que desocupen las tierras, en las que estaban desde la noche del
pasado sábado.
Por su parte, la edición digital del diario paraguayo La Nación tituló
"Desalojo y violencia en Saltos del Guairá" y recogió la información de Garay
sobre el uso de los gases lacrimógenas aunque no abundó en más detalles del
desalojo.
Paralelamente, el fiscal Diosnel Giménez confirmó que alrededor de mil
labriegos y sus familiares, quienes ocupaban parte de la propiedad titulada a
nombre de un ciudadano brasileño, desocuparon casi en su totalidad el lugar y
aseguró que todo se realizó en forma pacífica.
"Sólo quedan algunos ocupantes que están levantando las casi 500 carpas
situadas allá y armadas por ellos para su estadía", puntualizó, según la agencia
Prensa Latina.
Otros corresponsales afirmaron que los campesinos realizaron un repliegue y
se situaron en la margen derecha de la hacienda en un intento de quedarse a la
espera de una negociación con el gobierno para obtener parcelas donde vivir y
trabajar.
La problemática de la tierra es una de las principales en Paraguay, donde un
2 por ciento de la población concentra la propiedad de alrededor del 80 por
ciento de la tierra. Las organizaciones campesinas reclaman una reforma agraria
y utilizan la ocupación de terrenos como metodología de protesta.
En junio, el operativo de desalojo de una hacienda en Curuguaty terminó con
17 muertos, y el hecho fue usado por la oposición para promover el golpe
institucional que terminó con Fernando Lugo fuera de la
presidencia.
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